Wednesday, January 26, 2011

---Mi probre angelito


Estaba tan ensimismada frente al espejo lavándome la cara, quitándome la crema limpiadora de Mary Kay cuando distraída, Ian había alcanzado el lavamanos subiéndose a su pelela con tapa musical.
Después de muchas veces haberle pedido al senor de mantenimiento que destape el lavamanos, ya me resigne de ver el agua desaparecer en cámara lenta, por lo que el agua blanca de crema fue lo que uso Ian de gel en su cabeza, hasta que me di cuenta y pegue un grito de asco.

Yo ahí desesperada por secarme la cara, y lavarle la suya, las manos y el pelo.
Ian sonriente mostraba sus dientes.
Es que los ninos son así! Inocentes, ocurrentes, con ideas repentinas que la curiosidad domina.
Quieren descubrir el mundo a su modo, y lo ven tan confiables que no le temen a nada, se los digo yo que fui testigo de eso, el día que Ian encontró una cucaracha viva y me la trajo en su manito hasta la mía. Casi me da un infarto!
Que maravilla que no se le dio por probarla porque El es catador de todo lo que encuentra.
Pero quien no hizo alguna travesura en su infancia? quien? no existe nadie sobre la tierra que me diga lo contrario. Y el que lo haga sera inverosímil.

Yo misma recuerdo mis picardias que le hacían perder la cordura a todo el mundo.
Jamas confesé las veces que le agarraba el filtro de los puchos consumidos al vecino, que le encontraba en el jardín cuando tenia como 4 anios y jugaba a ser grande.
Y el día que mama se entero que jugando a la mama y al papa con Pepito, nos besamos dulcemente detrás de un lava-ropas en el patio de la casa...no era nada lo del beso porque en ese tiempo solo tenia como 5 anios lo que casi la deja sin aliento fue algo que me recordó que hasta a mi me dio ganas de cachetearme...
-que asquerosa! que cochina que sos nena...no te acordás que Pepito se rascaba la cola y después se chupaba la mano todo el tiempo?
-ay mama!!!!
-Ay mama que? si la que lo besaste fuiste vos!
Pero claro! como en ese momento no me acorde...mi Pepito solo era el esposo y yo le cocinaba en las ollitas que me trajeron los Reyes Magos, me servían para jugar a la domestica-romántica, las hojas, los palitos que calentaba en mi cocina imaginaria y las tortas de barro que decoraba con aceritos de rulemanes que encontraba en el taller de papa.

Ya de grande las diabluras fueron otras.
Al crecer rodeada de varones era lógico que me dejaran afuera de algunos juegos si era la única ninia. No quedaba otra que quedarme sentadita en la orilla del cordón de la acequia cuando ellos jugaban a la pelota. Hasta que me avive y me dije:
-si no me dejan jugar, ellos tampoco van a jugar.- y ahí en el primer descuido les agarraba el fútbol y salia corriendo, y es que era tan rápida que no tan fácil me alcanzaban, en la esquina del negocio de don Palacio o en la librería de los Brunetti dependiendo de quien me seguía.
Después de varios partidos arruinados empezaron a ceder.
Diego Aguado, mi mejor amigo de la secundaria fue compañero de aventuras, entre la escondida, la mancha congelada, la búsqueda de lombrices, y la trepada de los arboles...y es que me duro tanto la ninia adentro.
 Bajándome de un árbol obedecía a mi papi que se quejaba diciendo que ya era una señorita...que cambiara, que madurara...
Y para que?????
Si esa perdida de nebulosa de inocencia, me hizo quemar etapas innecesariamente.
Siempre fui responsable, pero adentro me quedo eso....no hay nada como jugar con la gomera, las bolitas, las chapitas, el barrilete, la bici.... las muñecas me daban miedo, y todavía ni las soporto. Excepto la sabor luz que recibí el día del ninio, porque la miraba en dibujitos, con los ositos cariñosos y mi pequeño ponny. El chavo, la ranita de metan y varios mas.
Los tiempos de relax siempre fueron los libros...
Pero es que la infancia trae eso; el disfrute deliberado del tiempo.

Las peleas con mis hermanos tienen una firma única.
En la casa del Bulevar Guemes se nos vio a Leo y a mi correteando uno detrás del otro. Primero yo a el con la escoba, es que ustedes saben, cada uno tiene sus propias técnicas para convencer a los hermanos mas pequeños de que vallan a pelar cebollas...especialmente si habíamos estado todo el día viendo la tele y mi mama iba a venir antes de terminar lo ordenado.
Pero para su seguridad traten de esconder todos los cuchillos carniceros de la casa, porque les digo, una ves que lo alcance de un escobazo, la corrida era otra.
Esta ves para no dejarme alcanzar por el nino encarnizado de la furia que hacia mirar con espanto al vecino.
 Manolo, el dueno del almacén, desde enfrente estaba atónito viendo la entrada y salida de la casa por la puerta de enfrente y la del fondo, de una nina de 15 anios perseguida por su hermanito asesino de 6 que gritaba del enojo. Como siempre Rodrigo de 10 era el mediador y terminaba los asuntos con calma y cordura.
Igual este no se salvaba de la hermana sicotica.

Una tarde en que la pastalinda hacia trabajar los músculos del brazo derecho de mama que hacia sus empanadas, estaba Antonia; la ayudante; entusiasmando a Rodri para que se haga su propio chocolate, en la casa de la Martin Fierro.
La leche Nido en la alacena necesitaba ser batida con impetud para lograr espumarse. Cuando vi la delicia que preparaba mi hermano se me tentó un tragito después de que le puso la Cocoa.... pero como tanto le costo su trabajo, la negación era inevitable, por lo que mi resfrío me dio la idea impulsiva del rencor y me llevo a sonarme la nariz y luego tirarle el pañuelo dentro de  la taza.....
Todo el mundo quedo enojado conmigo y con mi catarro.
Mama abandono la pastalinda para parar el gran lío que una leche chocolatada había armado...
Lo que tiene de dulce, lo tiene de india, decía mi mama cada ves que a mi se refería.
Supongo que es verdad.
Por lo que limpiarse la cara con agua sucia no es nada.
A mis ninos les voy perdonar lo mismo. :)

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