Tuesday, May 10, 2016

Hoy la madre patalea


Tantas responsabilidades en los hombros y eso que tengo solo dos manos.
Las corridas para aquí y para allá no me dejan recordar si en la manana me puse o no maquillaje. Hay mananas que me entero cuando al refregarme un ojo del sueno me queda la mano negra del rimel.
Los ninos no lo saben. Es bueno disimular.
Igual, amo esta profesión de ser madre.
Amo esta oportunidad de nutrir 3 bellas almas con el mayor de mis esfuerzos.
Pero sola, se complica.

 La fuerza física a veces es escasa, y eso por mi culpa por la falta de descanso....pues claro, si quieres tener un rato en el gimnasio entonces implica esperar que se duerman los pimpollos y escaparte un ratito para luego dormir solo 4 horas. Pero la belleza cuesta y mas en la maternidad.
Las mananas son mas tranquilas, a esa hora los gorditos se instruyen en la escuela; pero la casa no puede quedar dada vuelta. Y la comida no se hace a si misma.
Igual la labor mas dura no es la física. Sino el sostén emocional para llevar a cabo cada tarea. Escuchar quejas, peleas, solicitudes de 50 juguetes que sabes que podrían llegar pero para un cumpleaños, o quizá en navidades.
Leerles cuentos, escrituras y hacer tareas aunque la alergia no te deja ver ni las letras.
Aunque las ojeras de cansancio sean las que prácticamente terminen los proyectos escolares.
Aunque ir a las actividades y los cumpleaños no sea mas que ir a jugar al detective perseguidor de niños porque saben que tenes que tener cuatro ojos, y lo social ya se hace estresante mas que placentero.
-No toques aquí-
-No corras-
-Están hablando los mayores mi amor-
-No podes ver tele, tenes amiguitos para jugar-
-el perro no lo conoces, no lo toques-
Las conversaciones de adultos se han vuelto nada mas y nada menos que pasarnos consejos de como mejorar en nuestros trabajos maternales.

La soledad golpea en el pecho cuando la familia unida de abuelos, tíos y primos almuerzan a miles de kilómetros de este hogar y vos ahí, lidiando con que al menos se sienten un rato todos juntos antes de que sigan jugando con la playstation. tocando la guitarrita o jugando con el monopatin.
A veces la misma soledad golpea en pecho en las noches. Es ahí donde mi Dios me consuela. Y me carga las baterías para empezar de nuevo a la manana siguiente.
Las preocupaciones son rutina.
Una sonrisa las borra. Después sigo como si nada.
Pagar esto, pagar aquello y volverse el mejor contador administrativo gracias a esas facturas de luz, gas, almuerzo escolar, uniformes, de aseguranza del automóvil, la renta etc...
Aquí si no se paga estas frito. Te consumen los intereses de atraso. En mi Argentina al menos te daban días y hasta semanas para ponerte al día, porque seguro era un conocido o amigo de la familia el arrendatario.
Oh mi Pueblo!
Lo extraño a veces. Pero se que extraño lo que fue, porque el y yo ya no somos los mismos.
Como tampoco es lo mismo que tuve lo que puede darle a mis hijos. Y estos pequeñitos míos se acostumbraron a esta tierra. Y a pesar de todo me es mas fácil criarlos aquí, que con cualquier sueldo que podría cobrar allí.
Aun así, extraño los abrazos de los míos, mis afectos, y el sostén constante de las palabras de aliento que de seguro seria algo así como:
-No seas tarada, para con el drama!- jaja

La vida no es tan complicada pero a veces las madres también tenemos días azules. Como madres y como mujeres. También necesitamos una curita en las heridas. También necesitamos que nos consientan o sentarnos en la falda de papa o mama para llorar hasta quedarnos dormidos. Que nos acaricien el pelo y nos digan...-todo estará bien!- Porque al final....todo estará bien.
Siempre al final todo esta bien.
Pero hoy hago mi berrinche!